Retroalimentar para mejorar

Retroalimentar y retroalimentación
A cada instante el ser humano concibe ideas de todo tipo. Me gusta pensar que la mayor parte de esas ideas van encaminadas a mejorar la vida en este planeta. Formar nuevas ideas implica, en algunos casos, crear nuevos vocablos que las representen.

En algún momento, a causa de diversas áreas del conocimiento, surgió la necesidad de representar en una palabra la acción de convertir una salida de un sistema en una nueva entrada, es decir, tomar los resultados de cualquier manera que éstos provengan y pasarlos por un proceso de análisis para convertirlos en insumos, de tal modo que se repitan los procesos que provocaron los resultados originales a fin de mejorarlos. Esa acción se le llegó a conocer en inglés como feedback. Al llegar al español y procurando, como es debido, no utilizar dicho anglicismo, se calcó como retroalimentación, donde «retro» proviene de back, hacia atrás, y «alimentación» de feed que es alimentar.

Desde hace ya más de una década, en el año 2005, se publicó el Diccionario panhispánico de dudas, el cual ya recogía un artículo referente a la palabra inglesa feedback, sugería usar equivalentes en español como retroalimentación, retroacción y realimentación.


Siendo un vocablo nuevo no figuraba en el Diccionario de la lengua española (DLE) de la Real Academia Española y la ASALE, como es normal para cualquier palabra nueva. Hay una tendencia demasiado rígida a creer que si una palabra no está en dicho diccionario no puede utilizarse, lo cual es hasta cierto punto correcto, pero nuestro idioma también debe adaptarse a los cambios que surgen con el tiempo. Una de las razones para que una palabra no recogida en el diccionario académico no deba utilizarse es cuando no ha sido adaptada a nuestro idioma, pero en el caso de retroalimentación sí lo está y, después de todo, ya está recogida por la RAE desde 2018, gracias a las modificaciones aprobadas por todas las Academias en dicho año. Esta incorporación puede encontrarse en la versión en línea del DLE y en su debido momento la encontraremos en la versión impresa.

Encontramos en la segunda acepción de la palabra retroalimentación del DLE, en su vigésima tercera edición con modificaciones aprobadas por todas las Academias en 2018:

Efecto retroactivo de un proceso sobre la fuente que lo origina.

Además, el verbo retroalimentar:

Producir retroalimentación

Por tanto, siéntase libre y utilice con propiedad la útil palabra retroalimentación o el verbo retroalimentar.

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